Las estrellas señalan el camino
que recorre nuestra alma
hasta el otro lado del universo
donde nos espera nuestro otro yo.
Al principio uno no cree,
las historias suenen tan irreales
como los mitos de Grecia
que nos enseñan en la escuela.
Pero luego, uno se pregunta
si es verdad que un alma indéntica
está vagando por los prados estelares
recorriendos las ondas galácticas.
Un espejo en donde podríamos ver
nuestras almas en estado puro,
sin las modificaciones que produce
la maldad de este mundo oscuro.
Los lentes producen prismas
que nuestros ojos no llegan a detectar.
Lentes inverosímiles
que no podemos interpretar.
¿Qué pasaría si uno supiera la esencia de nuestros errores?
¿Acaso los modificaríamos?
¿O nos jactaremos de nuestras perfecciones parlantes?
Dilema que realmente no podemos responder.
Quien sepa lo que haría,
que intente esta osadía.
El que prefiere pasar de cobarde,
que se quede en su desmadre.
Pero estaría impresionante,
ver aunque sea por un instante,
la verdadera magia que une,
a uno con otros habitantes.
que recorre nuestra alma
hasta el otro lado del universo
donde nos espera nuestro otro yo.
Al principio uno no cree,
las historias suenen tan irreales
como los mitos de Grecia
que nos enseñan en la escuela.
Pero luego, uno se pregunta
si es verdad que un alma indéntica
está vagando por los prados estelares
recorriendos las ondas galácticas.
Un espejo en donde podríamos ver
nuestras almas en estado puro,
sin las modificaciones que produce
la maldad de este mundo oscuro.
Los lentes producen prismas
que nuestros ojos no llegan a detectar.
Lentes inverosímiles
que no podemos interpretar.
¿Qué pasaría si uno supiera la esencia de nuestros errores?
¿Acaso los modificaríamos?
¿O nos jactaremos de nuestras perfecciones parlantes?
Dilema que realmente no podemos responder.
Quien sepa lo que haría,
que intente esta osadía.
El que prefiere pasar de cobarde,
que se quede en su desmadre.
Pero estaría impresionante,
ver aunque sea por un instante,
la verdadera magia que une,
a uno con otros habitantes.